Casi todas las personas adultas que conoces (posiblemente, tú también) deberían llevar al menos un empaste. Y es que se estima que el 95% de la población a nivel mundial tiene o ha tenido alguna caries. No todas de la misma gravedad, por supuesto, pero ninguna debería pasarse por alto.
Incluso las caries más pequeñas pueden avanzar y acarrear problemas serios si no se abordan a tiempo con este procedimiento tan común que, sin embargo, todavía genera algunas dudas. En este artículo, trataré de darles respuesta a las tuyas.
¿Qué es un empaste y para qué sirve?
El empaste dental es el principal tratamiento al que recurrimos los odontólogos para eliminar las caries y reparar el diente tras hacerlo, rellenándolo con un material biocompatible. Sirve para recuperar la forma y funcionalidad del diente siempre que la caries no haya llegado a afectar a su pulpa, en cuyo caso deberá recurrirse a un tratamiento de conducto o endodoncia.
Es muy importante no dejar avanzar una caries, por pequeña que esta nos parezca. De no hacerlo, es posible que suframos de dientes podridos e incluso podemos llegar a perderlos.
Aunque la de tratar caries sea su aplicación más común, existen otros casos menos frecuentes en los que también podemos recurrir a este tratamiento, cuyo nombre técnico es obturación dental:
- Tratamientos estéticos.
- Desgaste de los dientes.
- Pequeñas fracturas.
- Mineralización insuficiente del esmalte dental.
- Sensibilidad dental.
¿Cómo se hace un empaste dental paso a paso?
Realizar una obturación necesita de un proceso que no entraña dificultad ni lleva demasiado tiempo: apenas unos 45 minutos, más o menos. Te explico cuáles son, uno por uno, los pasos a seguir.
Diagnóstico previo
En primer lugar, hay que valorar el alcance de la caries que queremos tratar. Además de una exploración visual e incluso táctil, es conveniente hacer una radiografía para saberlo con seguridad.
Hay que tener en cuenta que el diente podría estar más cariado de lo que pudiera parecer a simple vista y un mal diagnóstico podría complicar su tratamiento.
Anestesia local
Si el daño provocado por la caries dentales no pasa del esmalte, podemos saltarnos este paso. Pero si ha llegado a la dentina, parte interna del diente que contiene terminaciones nerviosas, ponemos anestesia local al paciente para que no sufra dolor.
En cualquier caso, siempre nos preocupamos por el paciente preguntándole en todo momento si se siente bien o le hacemos daño de algún modo.
Limpiar las caries dentales
El odontólogo elimina todo el tejido afectado por la caries. Para ello, se sirve de una broca dental o un láser y apura la limpieza con una cureta. Tras terminar con esta fase del procedimiento, habrá dejado una cavidad de mayor tamaño que la caries en el diente.
Rellenar la cavidad
Antes de proceder a rellenar la cavidad que el odontólogo ha agrandado al limpiar la caries, se debe preparar la zona:
- Si es necesario, aplicamos un protector pulpar; normalmente, hidróxido de calcio. Además de proteger el nervio para evitar la sensibilidad, este material ayuda a que la dentina dañada se regenere.
- Grabamos el diente con un gel ácido. Así, su superficie se vuelve porosa y el relleno se fija mejor a ella.
- Aplicamos un adhesivo por toda la superficie y aplicamos luz con la lámpara polimerizadora para endurecerlo.
- Rellenamos la cavidad con el material del empaste, que casi siempre será una resina compuesta llamada composite. A medida que la aplicamos por capas, vamos modelando y compactando la resina para que ocupe todo el hueco. Tras cada capa, aplicamos luz polimerizadora para que se endurezca.
Pulir el empaste y adaptarlo a la mordida
Cuando el material elegido ya está duro, pasamos a pulirlo con una fresa dental específica para tal fin. El objetivo es alisar y perfeccionar la forma para ajustar la mordida y debemos ir realizando pruebas para comprobar que lo logramos. Las pruebas de mordida se practican dando a morder al paciente una lámina de cera. En ellas quedarán registradas las impresiones de sus dientes.
Preguntas frecuentes sobre empaste u obturación dental
¿Tienes cita para hacerte un empaste o crees que puedes necesitar uno? Seguro que tienes algunas dudas. A continuación, resuelvo las más frecuentes para que acudas a la consulta con total tranquilidad.
¿Cuánto dura un empaste en una muela?
Depende del material con el que se realizara. Mientras que las amalgamas de oro y plata aguantan hasta treinta años, el composite no suele durar más de diez. Para alargar al máximo la vida de tu empaste, mantén siempre una buena higiene bucodental y lleva una dieta saludable.
Ten en cuenta también que es muy importante acudir a tu odontólogo periódicamente para que te haga una revisión: así, si tu empaste sufre algún daño o se deteriora, él podrá identificarlo y actuar lo antes posible.
¿Duele realizarse un empaste dental?
Si bien podrías notar algunas molestias mientras te lo hacen, la realización de un empaste no debe doler: recuerda que cuando la caries llega a una zona sensible, aplicamos anestesia. Si una vez te están practicando una obturación dental experimentas algún tipo de molestias, no dudes en comunicárselo a tu odontólogo.
¿Qué hacer si hay sensibilidad dental tras un empaste?
Después del empaste, es posible sentir sensibilidad dental durante unos pocos días. Esta sensación, que se experimenta al comer alimentos fríos o calientes, nunca debería persistir más allá de una semana. De hacerlo, es necesario volver a la consulta, pues es posible que la obturación se realizase demasiado cerca del nervio o exista algún otro problema.
¿Qué tipos de empastes dentales u obturaciones existen?
Aunque algunos de ellos están en desuso, existen diferentes materiales con los que se puede realizar un empaste.
- Composite o resina compuesta. Es el material por excelencia para realizar empastes en la actualidad. Es cierto que es el menos duradero, pero también el más económico y discreto: por su color, semejante al de los dientes, pasa totalmente desapercibido.
- Porcelana. No se usa exactamente como un relleno, sino para fabricar una microprótesis, muy estética y resistente, que sustituya a la parte que se ha perdido del diente. Por ello, no son una solución instantánea que se aplique en una sola cita. Puede usarse en incrustaciones que no sobrepasen la cúspide del diente (inlays) o que la abarquen (onlays), pero no para cubrirlo por completo.
- Amalgamas de oro y plata. Aunque hoy ya no se estilan, durante años han sido los materiales más usados para hacer empastes. Las ventajas son su durabilidad y resistencia. Como desventajas hay que señalar su elevado precio, la falta de estética, que deben fabricarse en un laboratorio (al igual que sucedía con la porcelana, hay que esperar más para llevarlas) y que pueden resultar tóxicas.
- Ionómero de vidrio. A principios de la década de los ochenta, era una buena opción para rellenar cavidades pequeñas, pero no la adecuada para tratar grandes caries. Es un material interesante porque constantemente libera flúor; sin embargo, no resiste bien la abrasión y no es lo suficientemente duro.
Conclusión
Por más comunes que sean, no hay que subestimar el daño que puede causar una caries si no se trata. Por eso, en cuanto sepas que tienes una, debes acudir a tu clínica odontológica para que detengan su avance.
Si la pilla a tiempo, una obturación dental será suficiente para eliminarla y evitar complicaciones posteriores. De esta forma, también te ahorrarás pasar por tratamientos más radicales.
Una vez ya lleves tu empaste, es importante cuidarlo con una limpieza exhaustiva y diaria de los dientes, además de acudir al dentista al menos una vez al año.
¿Cuándo fue la última vez que te realizaste un empaste dental?
¡Déjanos un comentario y estaremos encantados de leerte!
Y, si aún tienes dudas al respecto, contacta con nosotros: nuestros especialistas en estética dental en Barcelona te las resolverán rápidamente.
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