¿Qué pasa si me quitan una muela y no me pongo un implante? ¿Qué tan importante es?
Pues sí, lo es más de lo que crees.
Perder una muela puede parecer algo intrascendente. Sin embargo, no solo afecta la estética de tu sonrisa, sino que también tiene impacto en tu salud bucal y en el equilibrio de tu mordida.
En este artículo, analizaremos por qué es recomendable colocar un implante tras una extracción y qué pasa si dejas el espacio vacío.
¿Qué pasa si te quitan una muela y no te pones un implante dental?
Si te quitan una muela y decides no colocar un implante dental, pueden surgir varios problemas tanto funcionales como estéticos que afectan a la salud general de tu boca.
Retracción de encías
Si no reemplazas la pieza, a la hora de comer, al masticar, los alimentos van a impactar sobre la encía expuesta en el hueco, causándote irritaciones, molestias e incluso la retracción de la gingiva.
Esta retracción no solo afecta la estética, sino que también favorece la acumulación de placa y bacterias, lo que eleva el riesgo de infecciones.
Además, como te molesta, vas a masticar por el lado contrario, sometiendo a estos dientes a un esfuerzo extra, lo que va a ocasionar mayor desgaste dental.
Pérdida de hueso dental
La raíz de un diente está anclada en el hueso maxilar y, a través de las fuerzas masticatorias, estimula al hueso.
Si no reemplazas la pieza perdida, esa estimulación desaparece.
Al no recibir estimulación, el hueso maxilar que sostenía la muela empieza a reabsorberse y pierde densidad.
Este proceso, conocido como reabsorción ósea, causa la pérdida de hueso dental tanto en altura como volumen, afectando el soporte de los dientes vecinos.
Desplazamiento de los dientes adyacentes
Los dientes están en constante movimiento, y cuando hay un espacio vacío, las piezas de alrededor tienden a desplazarse para ocuparlo.
Este movimiento genera desajustes en la mordida, altera la alineación y provoca problemas de maloclusión, lo que suele derivar en dolores mandibulares y dificultades al masticar.
Además, este desplazamiento complica la higiene bucal, favoreciendo la aparición de enfermedades bucodentales.
Alteraciones en la mordida y función masticatoria
La ausencia de una muela desequilibra la mordida y obliga a los dientes restantes a soportar una presión excesiva.
Esto provoca un desgaste prematuro y molestias en la articulación temporomandibular (ATM), lo que afecta tanto a la calidad de vida como a la salud bucal en general.
¿Por qué se debe colocar un implante tras una extracción dental?
Ya sabes lo que sucede si no reemplazas una muela perdida. Ahora es el momento de que conozcas los beneficios de colocar un implante tras la extracción.
¿Qué es un implante?
Un implante dental es una estructura de titanio o zirconio que se inserta en el hueso maxilar o mandibular para reemplazar la raíz de un diente natural perdido.
Actúa como un soporte sólido sobre el que se coloca una corona o prótesis dental. De esta forma, se restaura tanto la funcionalidad como la estética de la sonrisa.
Este procedimiento se lleva a cabo para restaurar la capacidad de masticación y el aspecto natural de la dentadura, previniendo problemas como el desplazamiento de los dientes adyacentes, la pérdida de hueso y las alteraciones en la mordida.
Los implantes dentales se integran en el hueso mediante un proceso llamado osteointegración, que garantiza su estabilidad y durabilidad a largo plazo.
El implante no solo reemplaza la raíz del diente perdido, sino que también previene complicaciones derivadas de dejar un espacio vacío en la boca.
Prevención de la pérdida ósea
Una de las funciones clave del implante es preservar la densidad y el volumen del hueso maxilar.
Sin la raíz del diente, el hueso en la zona de la extracción comienza a perder densidad y volumen debido a la reabsorción ósea.
La colocación de un implante actúa como una raíz artificial que estimula el hueso y frena su deterioro, ayudando a conservar la estructura ósea y evitando una apariencia hundida en la mandíbula que afecta la estética facial.
Evitar el desplazamiento de otros dientes
Como hemos visto, los dientes están vivos y tienden a moverse para ocupar cualquier espacio vacío.
La pérdida de una muela provoca que los dientes adyacentes se inclinen hacia el hueco, desajustando la alineación y afectando la mordida.
Este desplazamiento progresivo puede generar problemas de maloclusión, dificultar la higiene dental y aumentar el riesgo de caries y enfermedades periodontales.
Por tanto, colocar un implante es la solución para mantener el espacio, y evitar así que el resto de piezas dentales se desplacen.
Conservar la salud de las encías
Cuando un espacio queda vacío tras una extracción, la encía en esa zona queda desprotegida, aumentando el riesgo de retracción y acumulación de bacterias, lo que puede derivar en infecciones.
Un implante dental mantiene la encía en su posición natural, ayudando a conservar la salud de los tejidos gingivales.
Mantener la correcta mordida y función masticatoria
Al actuar como una raíz y una corona, el implante dental distribuye la fuerza de masticación de forma equilibrada, como lo haría un diente natural. Esto evita la sobrecarga en otras piezas dentales y reduce el desgaste en los dientes restantes.
Además, previene problemas en la articulación temporomandibular (ATM), que suelen surgir cuando otras zonas de la boca compensan la falta de un diente.
Conclusión
Ante la pregunta, ¿qué pasa si me quitan una muela y no me pongo un implante?
No reemplazar una muela extraída mediante un implante dental conlleva consecuencias tanto estéticas como funcionales para tu salud bucodental.
Colocar un implante no solo restablece el aspecto natural de tu sonrisa, sino que además conserva el hueso y mantiene el equilibrio en la mordida.
Si has pasado por una extracción dental, en Clínicas Den te ayudamos a encontrar la mejor solución para mantener una boca sana y funcional.
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