El diagnóstico fue claro: luxación mandibular. Os cuento, hace poco atendimos en la clínica a una persona con un problema bastante incómodo, no podía abrir bien la boca y sentía dolor en la mandíbula.
Ella nos explicó que había notado chasquidos al moverla y que, al bostezar, sintió como si algo “se saliera de su sitio”.
La dislocación mandibular es un problema que puede afectar a cualquiera y no debe ignorarse, ya que puede empeorar con el tiempo si no se trata. Además, es importante abordar la afección no solo para aliviar los síntomas, sino también para prevenir que vuelva a ocurrir en el futuro.
En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber sobre la luxación mandibular, sus causas, los síntomas y tratamientos. Si te preocupa este tema, sigue leyendo y descubre cómo solucionarlo.
¿Qué es la luxación mandibular?
La luxación mandibular es una afección que ocurre cuando la mandíbula se desplaza de su posición habitual en la articulación temporomandibular (ATM), impidiendo su movimiento normal.
La ATM es la unión entre el hueso del cráneo y la mandíbula. Es la responsable de que podamos abrir, cerrar y mover la boca hacia los lados. Esta articulación está rodeada por una cápsula que la protege y mantiene estable.
La dislocación sucede cuando el cóndilo, que es la parte de la mandíbula que encaja en esta articulación, se mueve hacia delante y queda fuera de su posición, justo delante de una zona llamada eminencia articular.
Esto provoca que la mandíbula se bloquee y no pueda moverse con normalidad.
Este desplazamiento puede ser de dos tipos: unilateral o bilateral. Depende de si afecta a una o a ambas articulaciones. También puede presentarse como un episodio único o repetirse en varias ocasiones a lo largo del tiempo.
Suele suceder de manera involuntaria, cuando la persona realiza movimientos exagerados, como abrir demasiado la boca al bostezar o reír, aunque también se relaciona con golpes o trastornos en la articulación temporomandibular.
¿Cómo se ve una luxación de mandíbula?
Una luxación de mandíbula se caracteriza por una posición anormal de la mandíbula que suele ser visible a simple vista.
La mandíbula queda desplazada hacia delante o hacia un lado, dependiendo de si la luxación es bilateral o unilateral.
Algunos signos que pueden ayudarte a identificarla son:
- Dificultad para cerrar la boca completamente (bloqueo en apertura).
- Aspecto desalineado de la mandíbula o del rostro: la barbilla se desplaza hacia el lado opuesto al de la luxación, y crea una asimetría visible.
- Tensión o rigidez en los músculos faciales.
- Caída involuntaria de saliva, dificultad para hablar o comer o incapacidad para cerrar los labios correctamente.
¿Por qué se produce la luxación del cóndilo mandibular?
La luxación mandibular ocurre cuando la cabeza del cóndilo, que forma parte de la articulación temporomandibular (ATM), se desplaza fuera de su cavidad natural.
Este desplazamiento atiende a varias razones:
Factores precipitantes: movimientos bruscos o forzados y traumatismos
Bostezos amplios, abrir la boca de forma exagerada o forzada, estornudos intensos, tratamientos dentales inadecuados o incluso una extracción de muelas del juicio pueden provocar el desajuste del cóndilo.
Del mismo modo, sucede con lesiones directas en la zona mandibular, como agresiones en el rostro, caídas o accidentes.
Algunos hábitos como morder objetos duros (bolígrafos, uñas), apretar los dientes con fuerza excesiva (bruxismo) incrementan el riesgo, ya que generan una presión extra en la articulación temporomandibular, debilitándola con el tiempo y haciéndola más propensa a desplazamientos o desajustes.
Factores predisponentes: debilidad de la ATM
La predisposición anatómica de la persona influye en el riesgo de sufrir dislocaciones mandibulares.
Por ejemplo, un cóndilo poco desarrollado o una fosa articular que esté aplanada o sea más estrecha de lo normal aumentan las probabilidades de que la mandíbula se desplace fuera de su lugar.
Además, ciertos trastornos también contribuyen a este problema.
La hiperlaxitud ligamentosa (ligamentos demasiado flexibles), el síndrome de Ehlers-Danlos o el síndrome de Marfan son condiciones que afectan la elasticidad de los tejidos y la estabilidad de las articulaciones y propician la aparición de luxaciones.
En la misma línea, enfermedades como la artritis reumatoide o el desgaste del cartílago articular debilitan la articulación y hacen que la persona sea propensa a la luxación.
Principales síntomas de luxación mandibular
Como hemos visto, algunos suponen cambios y limitaciones físicas evidentes, pero además hay otros síntomas indicativos. Hagamos un recopilatorio de todos ellos:
- Incapacidad para cerrar la boca: la mandíbula queda bloqueada en una posición abierta o desalineada.
- Dolor intenso en la mandíbula: especialmente en la zona de la ATM.
- Inflamación o hinchazón: en la región afectada, que puede ser más evidente en los casos de luxación mandibular unilateral.
- Desalineación facial: asimetría visible en el rostro debido al desplazamiento de la mandíbula.
- Chasquidos o ruidos en la articulación: sensación de que algo está fuera de lugar al intentar mover la mandíbula.
- Sensación de tensión muscular: rigidez en los músculos de la cara y el cuello.
- Dificultad para hablar o masticar, babeo involuntario o incapacidad para cerrar los labios correctamente.
¿Cuáles son los tratamientos para la luxación mandibular?
El tratamiento depende de la gravedad del caso y de las condiciones específicas de cada persona.
Casos leves: luxación aguda
Reducción manual
El especialista manipula la mandíbula para devolverla a su posición original.
Cuanto más tiempo pase desde que se produjo la luxación, más difícil será realizar esta maniobra.
Si la musculatura está demasiado tensa o contracturada, será necesario recurrir a una sedación consciente para facilitar el procedimiento.
Analgesia y antiinflamatorios
El uso de medicamentos para controlar el dolor y reducir la inflamación es clave en los primeros días.
Férulas oclusales de desprogramación mandibular
Las férulas de desprogramación ayudan a estabilizar la mandíbula y prevenir futuros desplazamientos.
Su objetivo es interrumpir los patrones incorrectos, facilitar la rehabilitación funcional y reentrenar los músculos y articulaciones para lograr la mordida perfecta.
Rehabilitación y fisioterapia
La fisioterapia incluye ejercicios específicos para recuperar la movilidad mandibular y aliviar tensiones en los músculos faciales y cervicales.
Casos moderados
Terapia conservadora
Este tratamiento busca reducir el movimiento excesivo de la mandíbula utilizando dos métodos principales: agentes escleróticos o plasma rico en plaquetas, que se obtiene de la propia sangre del paciente.
Estos se aplican en la ATM para provocar la formación de tejido fibroso (fibrosis) de manera controlada.
La fibrosis actúa como una barrera natural que limita el rango de movimiento en el espacio superior de la articulación o en la cápsula periarticular, y ayuda a estabilizar la mandíbula y disminuir el riesgo de nuevas luxaciones.
Es una técnica menos invasiva que la cirugía, pero requiere supervisión médica especializada.
Uso de toxina botulínica
La toxina botulínica se inyecta en el músculo pterigoideo lateral interno, un músculo clave en el movimiento de la mandíbula.
Su objetivo es reducir la actividad muscular excesiva y prevenir que la mandíbula se desplace fuera de su lugar.
Además, puede aplicarse directamente en la ATM (infiltración intraarticular) para aprovechar sus efectos analgésicos y aliviar el dolor asociado.
Sin embargo, los efectos de la toxina botulínica no son permanentes. Será necesario realizar infiltraciones periódicas para mantener los resultados.
Casos graves
Cirugía
Entre las intervenciones más habituales están la reparación de ligamentos, la colocación de prótesis articulares o la remodelación del cóndilo.
Conclusión
La luxación mandibular es un problema que afecta a la calidad de vida. Dificulta las actividades cotidianas como hablar o comer y genera dolor e incomodidad.
Por suerte, existen tratamientos efectivos para restaurar la funcionalidad de la mandíbula y prevenir recurrencias.
Si padeces estos síntomas, acude a un especialista cuanto antes para evitar complicaciones mayores.
¿Tienes síntomas de luxación mandibular?
Si experimentas molestias o sospechas que sufres una luxación mandibular, no esperes más.
En nuestra clínica dental de Barcelona contamos con especialistas en articulación temporomandibular listos para ayudarte. Ponte en contacto con nosotros o ven a visitarnos para que valoremos tu caso.
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