Sufrir dolor de mandíbula siempre es una señal que nos alerta de que algo no está bien. Cuando sucede debemos acudir al origen para poder aliviarlo y curarlo.
Debido a que esta zona soporta muchas tensiones, un dolor continuado puede deberse a múltiples causas, que van desde una alteración en la mordida, infección en una muela, una fractura o incluso problemas de estrés que repercuten sobre ella.
¿Qué síntomas te deberían poner en preaviso? Te lo contamos ahora, junto con las soluciones que hay.
¿Cuáles son las causas del dolor de mandíbula?
La mandíbula forma parte de la articulación temporomandibular (ATM), que funciona como una bisagra deslizante, y conecta mandíbula y cráneo. El 70 % de la población tiene problemas en esta articulación.
En ocasiones, la causa exacta de un dolor en la zona es difícil de determinar, porque puede deberse a una combinación de factores como los siguientes:
1. Bruxismo
Este hábito involuntario de apretar, crujir o desplazar los dientes de un lado a otro repercute directamente en la mandíbula.
Lo más común es rechinar los dientes durante el descanso, pero también en horas de trabajo o ante situaciones de ansiedad, lo que hace que sean muchas las personas que padecen bruxismo.
2. Disfunción del sistema masticatorio
Los problemas esqueléticos de mordida tienen que ver con la articulación temporomandibular (ATM), que no funciona correctamente. Podemos estar ante un prognatismo (exceso de crecimiento) o un retrognatismo (subdesarrollo mandibular).
Pero también puede suceder que el disco que separa los huesos haya perdido su posición natural. La buena noticia es que, en la mayoría de los casos, el dolor de mandíbula asociado a un trastorno de la ATM es temporal y puede aliviarse.
3. Maloclusión dental
Si el maxilar y la mandíbula no encajan correctamente o hay un desajuste de tamaños entre ellas, estamos ante una maloclusión dental que puede producir dolor mandibular o en los músculos faciales.
Esta descompensación puede generar complicaciones paralelas, por lo que debe solventarse.
4. Estrés
Esta es una de las causas más comunes, directamente relacionada con el dolor de mandíbula.
Las tensiones que vivimos a diario pueden derivar en que estemos apretando la mandíbula continuamente, lo que genera un dolor en la zona. Y también un fuerte momento de estrés puntual, como justo antes de tener un accidente, puede causar esta sobrecarga.
5. Una lesión en la mandíbula
Recibir un fuerte golpe en la zona, evidentemente va a tener unos efectos en forma de dolor de mandíbula.
En ese caso, no te confíes y visita igualmente al dentista, por si se ha producido una fisura que deba tratarse.
6. Problemas dentales o de encías
En ocasiones, en la mandíbula se reflejan otros problemas dentales, como el nacimiento de las muelas del juicio, caries, un absceso dental con acumulación de pus (llamado comúnmente flemón), alguna enfermedad periodontal…
También puede aparecer dolor de mandíbula en un momento determinado si te faltan piezas (edentulismo), ya que el resto de ellas se intentará recolocar.
7. Efectos de un postoperatorio dental
Al someterte a una operación en la boca, donde la hayas tenido abierta durante mucho rato, puede acarrear dolor en la articulación.
En este caso, se puede aliviar el dolor con algunos tratamientos sencillos.
¿Sabes qué es ATM? Esta nos permite comer, hablar, bostezar o reír y si sientes algún tipo de dolor en la mandibula, puede ser que tengas algún tipo de transtorno en tu articulación temporomandibular.
¿Qué síntomas aparecen junto al dolor de mandíbula?
Asociado al dolor de mandíbula puedes notar chasquidos o una sensación chirriante al masticar o abrir la boca.
Si el dolor se debe a un trastorno en la articulación temporomandibular, además del dolor en la zona, este puede irradiarse hacia el cuello y la espalda. Y generar también dolores de cabeza recurrentes. Todo esto puede complicar el diagnóstico, ya que puedes pensar que todo procede de las cervicales.
También puedes notar dolor en el oído o alrededores, dolor en la cara, insensibilidad al tacto en la mandíbula o dificultad para masticar.
¿Cómo se quita el dolor de mandíbula? Principales tratamientos
Un adecuado tratamiento requiere de un diagnóstico correcto del origen del dolor, que debe ser efectuado por un odontólogo especializado.
Si el dolor de mandíbula procede de un problema maxilofacial, como prognatismo o retrognatismo, hay que reposicionar la mandíbula muy a menudo con cirugía maxilofacial y ortognática, y posterior ortodoncia.
Cuando el origen no es una anomalía en la estructura maxilofacial, estos pueden ser los tratamientos:
Férulas oclusales
Este dispositivo extraíble, realizado en material acrílico duro, se ajusta en las superficies incisivas y oclusales de los dientes. Se coloca en una sola de las arcadas y hace contacto con la opuesta.
Una vez estudiado tu caso en profundidad y elaborado un diagnóstico, el odontólogo decide qué tipo de férula de descarga recomendarte. Entre ellas destacan la férula de estabilización o relajación muscular —ideal para bruxismo o momentos de estrés— y la férula de reposicionamiento anterior.
Aparatos de ortodoncia
Si el dolor tiene que ver con una maloclusión dental leve, el empleo de brackets u ortodoncia invisible es el tratamiento más usado.
Incluso puede solucionar en paralelo el bruxismo asociado a esta patología.
Fisioterapia
Existen fisioterapeutas especializados en la articulación temporomandibular (ATM), que realizan masajes en esa zona.
Con ellos se relajan los músculos y los tendones sobrecargados, consiguiendo reducir el dolor acumulado y también las cefaleas relacionadas con esta sobrecarga.
Tratamientos dentales
Si el origen del dolor de mandíbula son problemas de dientes o encías, su solución será tratar en concreto la zona afectada que está generando las molestias.
Puede ser un tratamiento de periodoncia, la realización de un empaste o de una endodoncia, la extracción de una pieza dental que genera infecciones recurrentes…
Tratamientos especializados
Si el dolor no está relacionado con problemas esqueléticos de mordida, sino con el estrés, ansiedad u otro tipo de tensiones, las terapias psicológicas también ayudan. No solucionan el problema de un día para otro, pero tienen efectos a largo plazo.
Ayudan a manejar el estrés y reducirlo, y proponen técnicas de relajación, como el mindfulness, ejercicios de respiración o yoga, que puedes incorporar a tu vida diaria.
Además de todo lo anterior, es posible reforzar los tratamientos con estos consejos que alivian el dolor mandibular, aunque por sí solos no van a solucionar el problema:
- Aplica calor localizado para conseguir que se relajen los músculos.
- Evita alimentos difíciles de masticar como frutos secos, zanahorias o chicles.
- No abras mucho la boca al introducir porciones de comida.
- Reduce tus niveles de estrés, para ayudar en el proceso de curación.
¿Qué tomar para el dolor de mandíbula?
El uso de fármacos, siempre con prescripción médica, está muy recomendado ante un dolor de este tipo.
Pueden ser analgésicos, que siempre son un buen complemento en cualquier terapia porque reducen rápidamente el dolor, e incluso antidepresivos si sufres dolor crónico. Pero, siempre por prescripción o supervisión médica.
Y también podemos recomendarte antiinflamatorios, si el músculo está leve o moderadamente inflamado.
Conclusión
El dolor de mandíbula suele ser muy molesto, pero tiene múltiples soluciones. Para ello hay que acudir al origen que lo está causando y buscar un tratamiento en consonancia. Los analgésicos y antiinflamatorios ayudan en el proceso.
Lo fundamental es acudir a un especialista, que determine exactamente de dónde procede, ya que puede venir acompañado de dolor de cervicales, cabeza u oído, y puede confundir el diagnóstico. Además, el estrés es una de las causas principales que lo generan.
La buena noticia es que la mayor parte de las veces es posible aliviarlo con tratamientos sencillos e indoloros. Pide una cita para que te revise un odontólogo experimentado y salir de dudas.
¿Sufres dolor de mandíbula? Recuerda que tiene solución
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