¿Sabías que al menos un 10% de la población mundial padece periodontitis o piorrea? Sin embargo, no todas las personas que la sufren lo saben o le dan la importancia que realmente tiene esta enfermedad periodontal.
Ese es un dato muy preocupante, sobre todo si consideramos que las patologías bucodentales no solo actúan en nuestra boca, sino que también acarrean consecuencias negativas para toda nuestra salud en general.
¿Qué es la piorrea?
La piorrea también llamada periodontitis se caracteriza por el progresivo desgaste de los huesos, tejidos y ligamentos periodontales que rodean y sostienen a los dientes. Ésta es una de las enfermedades más graves que puede atacar a nuestros dientes y encías.
Normalmente, ella aparece como consecuencia de no haberse tratado correctamente y en su momento una gingivitis, es decir, como una evolución natural de dicha patología.
Mientras que la gingivitis (que es como llamamos a la encías inflamadas) puede curarse, la piorrea suele provocar daños irreversibles en el periodonto, es decir, en el conjunto de tejidos que sostiene los dientes: el cemento radicular, la encía, el hueso alveolar y el ligamento periodontal.
El problema evidente de esta patología es que si no se trata para ponerle freno, puede derivar en la pérdida de piezas dentales.
Pero no es la caída de los dientes la única consecuencia para la salud que puede acarrearnos una periodontitis, ya que también se ha comprobado que está relacionada con otras enfermedades que afectan a todo el cuerpo.
¿Qué ocasiona la piorrea?
El origen de la piorrea suele estar en una gingivitis no tratada. Por lo tanto, para entender cómo se llega a ella, primero hay que saber por qué se inflaman las encías y qué factores las agravan.
Causas de la piorrea dental
Higiene insuficiente
Aun lavándonos los dientes a diario, es difícil eliminar toda la placa bacteriana (llamada así por ser una película formada por bacterias además de por azúcares, saliva y restos de alimentos).
Esta capa, que nunca deja de regenerarse, se adhiere a nuestros dientes dañando el esmalte e irritando también las encías.
No acudir al dentista
Si no se acude regularmente al dentista para comprobar que todo va bien y realizarse una tartrectomía o limpieza profesional de vez en cuando, la placa dental que resiste a nuestros hábitos de higiene se acumula y se endurece, convirtiéndose en sarro.
Si tampoco cuando aparece el sarro acudimos al odontólogo, este seguirá avanzando y terminará por formarse bajo la línea de las encías, dando así lugar a unas cavidades entre estas y los dientes que llamamos bolsas periodontales.
En este punto, la piorrea ha aparecido y la sujeción de nuestros dientes al hueso corre peligro.
Fumar
Fumar no solo irrita las encías y las debilita frente a las bacterias que conforman la placa.
Los fumadores tienen mucha más predisposición a sufrir enfermedades periodontales y los tratamientos para controlarlas responden peor en ellos.
Por si fuera poco, este mal hábito afecta al riego sanguíneo de las encías, haciendo que estas no presenten el característico tono rojo intenso que deberían lucir cuando están inflamadas y que es un síntoma reconocible de enfermedad periodontal.
Por esta razón, tanto la gingivitis como la piorrea son más difíciles de detectar en fumadores.
Malos hábitos alimenticios
He aquí otro factor que afecta tanto a nuestra salud general como a la bucodental en concreto: la alimentación.
Cabe recordar que el alcohol y los alimentos demasiado ácidos o azucarados le hacen mal a nuestros dientes y encías, por lo que hay que evitarlos o reducirlos al máximo.
Si pese a todo se consumen, hay que tener en cuenta que los ácidos modifican el PH de la boca, lo que a su vez hace que el esmalte de los dientes se debilite. Por esta razón, es conveniente esperar al menos media hora para lavárselos, cuando no estén tan vulnerables.
Por otra parte, si tienes problemas de sobrepeso, se está investigando un posible nexo entre la obesidad y la piorrea.
En un estudio de la Universidad Case Western Reserve (de Estados Unidos), unos investigadores han encontrado evidencias de que las personas que poseen un alto índice de masa corporal o un elevado porcentaje de grasa corporal, tienen más riesgo de desarrollar enfermedad en las encías, como puedes leer en este artículo.
Diabetes
Tal y como explica aquí la Fundación redGDPS sobre la diabetes y las enfermedades periodontales, existe una relación muy estrecha y bidireccional entre esta enfermedad y la periodontitis.
Se hace totalmente necesario llevar un buen control médico de ambas para tenerlas controladas y evitar que se agraven mutuamente.
Otras enfermedades
Además de las diabetes, hay otras enfermedades que influyen en la probabilidad de padecer piorrea o la agravan.
Algunos ejemplos son el sida o el estrés , que afectan al sistema inmunitario y bajan las defensas, o la osteoporosis, que afecta a los huesos, incluido el hueso maxilar.
Medicamentos
Existen medicamentos que disminuyen la producción de saliva, desequilibrando la proporción entre esta y las bacterias presentes en la boca. Esto se traduce en un mayor riesgo para desarrollar una periodontitis.
Problemas hormonales
Los problemas hormonales afectan especialmente a la mujer, debido a que sufre más alteraciones en este sentido a lo largo de su vida: pubertad, menstruación, embarazo, las producidas por algunos anticonceptivos, menopausia…
Genética
Como sucede con otras enfermedades, en el caso de la piorrea existe un componente genético que predispone a las personas a padecerla.
Si esta patología se da con frecuencia en tu familia, es muy posible que tú también la padezcas en algún momento.
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¿Cuáles son los síntomas de la piorrea?
La piorrea puede ser molesta, pero no duele. Este es el principal motivo por el que muchas personas que la padecen no saben que sufren esta enfermedad. Por esto es importante conocer los síntomas que sí presenta y acudir al odontólogo cuando han hecho su aparición.
Encías retraídas
Las encías retraídas son aquellas que se han ido desgastando hasta dejar a la vista la raíz de los dientes, aumentando el espacio entre ellos y haciendo que parezcan visualmente más largos.
Molestias durante la masticación
En los casos avanzados de piorrea, los dientes pueden doler o provocar una sensación desagradable al masticar. Esto sucede porque el periodonto se ha deteriorado y los dientes ya no se sujetan bien.
Movimiento o pérdida de piezas dentales
Si notas que tus dientes se mueven o incluso ya has perdido alguno, casi con total seguridad padeces periodontitis y deberías acudir cuanto antes al odontólogo para atajar el problema antes de sufrir más daños.
Sensibilidad dental
La raíz es una parte muy sensible del diente que queda expuesta al cepillado y a la temperatura de los alimentos cuando las encías se retraen por efecto de la periodontitis, lo que provoca sensibilidad dental.
Halitosis o mal aliento
Hay muchas causas por las que una persona puede tener mal aliento, pero las bacterias responsables de las enfermedades periodontales, como la piorrea, son una de las más frecuentes.
Sangrado de encías
El sangrado de encías, especialmente durante el cepillado, es algo tan habitual que muchas personas piensan que se trata de algo normal y sin importancia; pero se equivocan.
Si tus encías sangran habitualmente, lo más probable es que tengas un problema y debes pedirle una cita a tu odontólogo.
Inflamación gingival
La inflamación de las encías aparece por la irritación que les provoca la placa.
Ponte delante de un espejo y observa tus encías: ¿de qué color son? Una encía sana no está hinchada y presenta un tono rosado.
Si notas las tuyas inflamadas y son muy rojas o incluso tienden al morado, puede que tengas un problema de salud bucodental que bien podría ser piorrea.
Presencia de abscesos dentales
Es decir, pus. Una infección por piorrea puede tener también consecuencias tan desagradables como esta.
¿Se puede curar la piorrea?
Aunque no podemos reparar los daños que ya ha causado la piorrea sin recurrir a tratamientos regenerativos, los periodoncistas tenemos a nuestra disposición distintos recursos para tratar esta patología y evitar que vaya a más.
Una vez hemos evaluado qué daños son esos mediante radiografías y otras pruebas diagnósticas, indicaremos cuál o cuáles serán los tratamientos periodontales a seguir en cada caso.
Tratamientos para piorrea
Antibióticos
El tratamiento con antibióticos puede ser complementario al tratamiento mecánico, sobre todo en estadios avanzados de la enfermedad.
Curetaje dental o raspado y alisado radicular
Además de prevenir cualquier enfermedad periodontal, la tartrectomía se recomienda cuando la gingivitis ya ha hecho su aparición, ya que la inflamación de las encías sí que es una enfermedad reversible.
Sin embargo, este tipo de limpieza profesional no es suficiente cuando hablamos de piorrea, ya que no consigue eliminar el sarro que se ha formado bajo la línea de las encías.
En este caso, es necesario que el periodoncista incluya un curetaje dental en dicha limpieza: un tratamiento que consiste en raspar también el sarro que se acumula en las bolsas periodontales, bajo las encías, y después alisar el diente para dificultar que la placa bacteriana vuelva a adherirse a él.
Cirugía periodontal
Cuando todo lo anterior no ha funcionado, la cirugía permite levantar totalmente las encías para limpiarlas bien por dentro y vaciar el sarro de las bolsas periodontales. Tras esta intervención, debe realizarse periódicamente un mantenimiento periodontal y así evitar que la enfermedad avance.
Conclusión
Aunque se debe acudir al odontólogo siempre que se detecte cualquier problema periodontal, en el caso de la piorrea es urgente y especialmente importante hacerlo: cuanto antes enfrentemos el problema, más tejido y dientes lograremos salvar.
Si tras leer este artículo te has dado cuenta de que podrías padecer piorrea, no lo dejes para mañana y pide una cita con nosotros para ser tratado por nuestros especialistas en Periodoncia en Barcelona en Clínicas Den
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