¿Notas molestias frecuentes en la mandíbula o la cara? ¿Te resulta incómodo abrir bien la boca? Si te pasa a menudo, es posible que tengas dolor orofacial o DOF.
En este artículo descubrirás en qué consiste, cómo reconocer las causas más habituales y qué tratamientos existen según el tipo de molestias que experimentes.
También te explicamos su relación con la articulación temporomandibular (ATM) y en qué casos debes acudir a un especialista.
¿Qué es el dolor orofacial?
El dolor orofacial (DOF) es una molestia que aparece en diferentes zonas del rostro, como la boca, la mandíbula, los oídos, el cuello o incluso la frente. Aunque a simple vista pueda parecer algo pasajero, la realidad es que cuando persiste afecta mucho a la calidad de vida.
Está directamente relacionado con estructuras faciales como dientes, encías, músculos, articulaciones o nervios. En especial con el nervio trigémino, encargado de llevar las señales de dolor desde la cara hasta tu cerebro.
Por tanto, para poder tratar esta dolencia con eficacia, es fundamental realizar un estudio exhaustivo y así identificar qué la está causando.
¿Qué es el nervio trigémino?
El nervio trigémino es uno de los nervios más importantes de la cara. Es el responsable de transmitir sensaciones como dolor, calor, frío o tacto desde la cara hacia el cerebro. Tiene tres ramas principales:
- La primera cubre la frente, los ojos y la nariz.
- La segunda llega a las mejillas, debajo de los ojos, la nariz y el labio superior.
- La tercera abarca la mandíbula, los dientes inferiores, el labio inferior y la barbilla.
Cuando este nervio se irrita, genera molestias breves e intensas, parecidas a pequeñas descargas eléctricas o pinchazos en estas zonas.
¿Qué tipos de dolores orofacial existen?
Para aliviar el dolor orofacial, primero necesitas identificar su origen. Según dónde se localice y qué síntomas presentes, tu dolor puede clasificarse en cinco tipos principales.
Mucoso
Afecta directamente a la mucosa oral. Es fácil de reconocer porque aparece solo ante ciertos estímulos concretos.
Por ejemplo, surge por el roce continuo de una prótesis mal adaptada, efectos secundarios de medicamentos o por fumar y beber alcohol con frecuencia. En este caso, la molestia coincide justo con la zona lesionada.
Dental
Es uno de los más frecuentes y su origen está en dientes o encías. Aunque empiece en un punto específico, puede extenderse hacia otras zonas del rostro.
Las causas principales son caries profundas, inflamación interna del diente (pulpitis), infecciones dentales o sensibilidad dental.
Articular
Está vinculado a trastornos en la articulación temporomandibular (ATM). Provoca molestias al mover la mandíbula, rigidez, chasquidos e incluso dificultad para abrir o cerrar la boca con normalidad.
A diferencia de otros tipos de dolor, la incomodidad no siempre coincide con el lugar de la lesión o el origen del problema. Es frecuente que el dolor se refleje en otras zonas, como los oídos, la espalda (lumbalgia o tortícolis) o incluso áreas alejadas del rostro.
Nervioso
Surge por irritación o daño en los nervios faciales, especialmente en el trigémino. Produce pinchazos breves, repentinos e intensos, muy parecidos a pequeñas descargas eléctricas.
Muscular
Originado por problemas musculares como el bruxismo, estrés o síndrome miofascial. Se caracteriza por rigidez, tensión constante y dificultad para mover la mandíbula.
¿Cuáles son las causas del dolor orofacial?
Aunque el dolor orofacial tiene diferentes desencadenantes, estas son las causas más frecuentes.
Bruxismo y estrés
El hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes (bruxismo) es uno de los motivos más frecuentes del dolor muscular y articular.
Suele estar relacionado con el estrés o la ansiedad, aunque pueden existir otras causas subyacentes.
Migrañas
Las migrañas provocan un dolor intenso que llega hasta la mandíbula, los dientes e incluso los ojos.
Estas crisis suelen venir con sensibilidad a la luz y al sonido, náuseas o cambios visuales, lo que dificulta la vida cotidiana.
Neuralgia
La neuralgia es un dolor provocado por la irritación o daño de nervios faciales como el trigémino. Quienes la sufren experimentan molestias punzantes, repentinas y breves, similares a descargas eléctricas.
Este tipo de dolor puede activarse por estímulos leves como hablar, comer o cepillarse los dientes, con lo que esto supone.
Maloclusión dental
Si los dientes no encajan correctamente al cerrar la boca, tus músculos trabajan el doble.
Esto genera tensión constante, molestias continuas y dificultades para masticar con normalidad.
Infecciones orales
Problemas dentales como abscesos, gingivitis avanzada o inflamaciones pueden extenderse a otras zonas cercanas, y causar molestias intensas en mandíbula, cara o incluso cuello.
Trastornos de la ATM
La disfunción temporomandibular ocurre cuando la articulación entre la mandíbula y el cráneo se desajusta, lo que provoca dolor, inflamación y limitación en el movimiento mandibular.
Enfermedades sistémicas e inmunológicas
Enfermedades articulares como la artritis reumatoide, la artrosis o la capsulitis afectan a la mandíbula y provocan molestias persistentes.
Otras patologías sistémicas o inmunológicas, como el lupus o la enfermedad de Lyme, también causan dolores faciales.
Trastornos somatomorfos
Los trastornos somatomorfos son alteraciones en las que aparecen síntomas físicos (molestias digestivas, dolor, cansancio) sin una causa médica identificada.
Estas molestias son reales, aunque los análisis médicos no encuentren lesión física. La ansiedad, el estrés o conflictos emocionales suelen ser su origen, por lo que necesitan un tratamiento combinado entre medicina y psicología.
Síndrome de la boca seca
La falta de saliva o xerostomía irrita las mucosas orales, aumenta la sensibilidad bucal y propicia infecciones que incrementan la incomodidad en la boca.
Síndrome de la boca ardiente
Quienes sufren este síndrome sienten una sensación constante de quemazón en lengua, labios, paladar o encías.
Aunque no haya lesiones visibles, a menudo se acompaña de sequedad, hormigueo o cambios en el sabor de los alimentos. Se relaciona con ansiedad, cambios hormonales, falta de ciertos nutrientes o medicamentos específicos.
Traumatismos faciales
Un golpe fuerte en el rostro, una cirugía previa o un accidente pueden provocar lesiones internas que no siempre son visibles desde fuera.
Aunque cicatricen, estas secuelas internas generan molestias a largo plazo.
Síndrome miofascial
Las malas posturas o el estrés continuado sobrecargan los músculos faciales y cervicales. Este exceso produce tensión muscular, rigidez y molestias recurrentes que limitan los movimientos diarios de quien lo padece.
Síntomas del dolor orofacial
Si notas alguno de estos síntomas, es recomendable que consultes con un especialista cuanto antes:
- Dolor de cabeza frecuente.
- Dolor de mandíbula constante o intermitente.
- Dolor de muelas persistente.
- Chasquidos o crujidos al abrir la boca.
- Dificultad para abrir o cerrar la boca.
- Ardor en la cara
- Ruidos articulares al mover la mandíbula.
- Sensación de luxación mandibular.
- Dientes desgastados o fracturados.
- Congestión nasal recurrente o rinorrea.
- Zumbidos en los oídos (acúfenos).
- Sensibilidad dental extrema.
Estos síntomas suelen estar relacionados entre sí, indicando un posible trastorno complejo que requiere atención profesional especializada.
Si reconoces uno o varios de ellos, en Clínicas Den contamos con un equipo experto en ATM en Barcelona que te ayudará a dar con el diagnóstico y el tratamiento adecuados.
¿El dolor orofacial tiene tratamiento?
Sí, el dolor orofacial tiene tratamiento. Existen diversas soluciones según cuál sea la causa de tus molestias. Estos son los enfoques más eficaces según cada especialidad.
Odontología
La odontología tiene un papel clave, sobre todo cuando el origen está en problemas dentales, maloclusión o trastornos de la articulación temporomandibular (ATM). Los veremos en detalle en el siguiente apartado.
Fisioterapia y rehabilitación
La fisioterapia es fundamental para reducir molestias musculares o articulares. Las técnicas habituales incluyen terapia manual, ejercicios específicos para fortalecer y relajar la mandíbula y el cuello, masajes terapéuticos y aplicación de frío o calor según convenga.
Esta especialidad está especialmente indicada para los casos relacionados con bruxismo, estrés o síndrome miofascial.
Tratamientos farmacológicos
Para situaciones puntuales de dolor intenso, como neuralgias del nervio trigémino o episodios inflamatorios graves, se prescriben medicamentos analgésicos, antiinflamatorios o relajantes musculares.
Estos tratamientos reducen la inflamación y alivian el dolor temporalmente, mientras se aborda la causa principal.
Tratamientos del dolor orofacial en odontología
En odontología hay soluciones eficaces para tratar las molestias faciales que tienen origen en problemas dentales, musculares o articulares. Aquí tienes los tratamientos más habituales de rehabilitación oral.
Tratamientos específicos para trastornos de la ATM
Cuando la molestia facial está relacionada con la articulación temporomandibular (ATM), el odontólogo puede aplicar tratamientos específicos como ajustes en la mordida (ajustes oclusales), férulas de desprogramación, técnicas para relajar la mandíbula o incluso infiltraciones articulares.
H3 Reconstrucciones dentales
Las reconstrucciones dentales forman parte de la odontología conservadora. Este tratamiento se centra en reparar piezas dañadas por caries profundas, fracturas o desgastes severos provocados por traumatismos o enfermedades dentales.
Gracias a esta técnica, recuperas la salud de tus dientes y eliminas el dolor causado por infecciones internas, inflamaciones o sensibilidad extrema.
Férulas de descarga
Las férulas de descarga son dispositivos hechos a medida que evitan que aprietes o rechines los dientes (bruxismo). Con ellas reduces la tensión muscular y articular, evitas el desgaste dental y alivias molestias en mandíbula, cara y cuello.
Es importante destacar que la férula controla los síntomas, pero no resuelve la causa. Por eso es vital evaluar el caso con detenimiento para descubrir qué provoca ese hábito y tratarlo desde la raíz.
Tratamiento de conductos (endodoncia)
En casos en que la pulpa dental está afectada (por caries avanzadas o traumatismos), el tratamiento de conductos elimina el tejido dañado, y palía así el dolor agudo e intenso del diente.
Ortodoncia
La ortodoncia corrige problemas de maloclusión dental. Cuando los dientes no encajan bien, generan tensión muscular continua en mandíbula, cuello y cabeza. Al corregir ese desajuste, se reduce de forma considerable la molestia en estas zonas.
H3 Cirugía oral y maxilofacial
Si el origen del problema está en una lesión grave, traumatismo facial o una disfunción severa de la ATM, la cirugía puede ser necesaria. Es la solución cuando otras terapias menos invasivas no han funcionado.
En todos estos tratamientos, el objetivo final es conseguir una oclusión funcional: que tus dientes encajen correctamente tanto al cerrar la boca como al hablar, masticar y moverte con naturalidad.
Una buena oclusión es esencial para eliminar de raíz el dolor provocado por problemas bucodentales.
Conclusión
Aunque las molestias faciales sean frecuentes, no debes resignarte ni considerarlas normales.
El dolor orofacial es una afección con solución.
Si notas que alguno de estos síntomas coincide con lo que sientes, busca ayuda profesional y recupera tu calidad de vida cuanto antes.
¿Crees que sufres dolor orofacial?
Contacta con nosotros. Evaluaremos tu caso y te ofreceremos el tratamiento más adecuado para ti.
Reserva tu cita ahora y deja atrás el dolor orofacial.
Compártelo en tus Redes Sociales
También te puede interesar...
Lo sentimos, los comentarios están cerrados...